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El amor en tiempo de pandemia

Pbro. Lic. Eduardo Lloveras

 

Vivimos tiempos difíciles. El distanciamiento, el miedo a la enfermedad, la muerte de seres queridos, sino duda influye en nuestro ánimo y dejará huellas en nuestra vida. Esta realidad nos paraliza a veces, pero no debemos quedarnos quietos. Muchas veces nos preguntamos: ¿cómo podemos encarar de modo positivo todos estos procesos? ¿cómo relacionarnos entre nosotros en este tiempo de crisis? ¿cómo se comporta y cómo debe comportarse una comunidad de personas para llevar mejor la crisis? ¿qué papel debe jugar el factor económico en nuestras relaciones? ¿cómo tener una participación más constructiva en la vida política y social? Ante estos interrogantes, seguramente surgirán diversos caminos sugeridos por especialistas y líderes de opinión. 

Sin embargo, no debemos confundirnos. Esta pandemia ha evidenciado problemas que venimos padeciendo desde hace mucho tiempo: la soledad, el materialismo, una vida muchas veces superficial. Y es ahí donde aparece la respuesta fundamental, que no está en las elucubraciones humanas, sino en el Evangelio. El problema principal no es la pandemia, sino la falta de amor, en un amor mal entendido. Por eso Jesús se ocupó de enseñar la Ley del Amor. Un Amor que no se cierra, sino que se abre al mundo entero, como ordenó el Señor: Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos (Mateo 28, 19).
De ahí que en este tiempo lo más importante es salir de esa actitud “autorreferencial” de la que habla el Papa Francisco, y atrevernos a participar de la gran familia humana. Está en misma lógica del Amor abrirse al universo, sentirse uno con la Creación. Es necesario poder leer toda la realidad desde la óptica del Amor. De este modo, un mundo que nos parecía terrible, lleno de enfermedades, muerte, pestes, guerras, lo veremos transformado por el sueño del Amor de Dios. Para que esto sea posible, se hace necesario releer todo desde el sueño del Amor de Dios: familia, sociedad, trabajo, política, economía, arte, finanzas…

Para llegar a esta lectura “desde Dios” de la realidad, se vuelve imprescindible aprender la doctrina social de la Iglesia, que ilumina, desde el Evangelio y con la guía del Espíritu Santo, todas las realidades de la vida del hombre en sociedad. Desde León XIII hasta Francisco, los Papas han ido interpretando los acontecimientos de la humanidad a partir del Evangelio, con la autoridad que Jesucristo les confirió para ese fin, y con la certeza de que el Espíritu Santo los ilumina para conducir a la Iglesia a la verdad completa (Juan 16, 13).
Hoy, más que nunca, es necesario ampliar los horizontes de nuestra visión para poder pensar y sentir con la Iglesia, frente a un mundo cada vez más necesitado de la Luz verdadera que es Jesucristo y su Evangelio.

 

 

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¿Edad de los “por qué” crónica?

Lic. Clara Scarafía

Conocemos que hay una etapa de la infancia en la que los pequeños acechan a los adultos con sus dudas y cuestionamientos. A veces llegan a ser persistentes y un poco intrépidos y los “¿Por qué..?” se suceden unos tras otros. Otras veces aparecen en los momentos menos esperados, ante situaciones cotidianas, ante hechos “corrientes” pero que les despiertan la curiosidad.

Lamentablemente, a veces con los años podemos perder ese interés por indagar en las causas, “los porqués” de la realidad que nos rodea. A veces nos “acostumbramos” a abrir los ojos cada mañana y nos dejamos de sorprender por la belleza de un árbol, una pequeña flor, un paisaje, un vasto mar, una imponente montaña.
A veces no tomamos conciencia de la grandeza que encierra cada persona humana y lo que implica el don de la libertad como regalo y como responsabilidad. Las posibilidades de desplegarse de cada persona son amplísimas, su riqueza interior (física y espiritual), su lugar único en el mundo… Éstas realidades no nos pueden ser indiferentes.

En la Diplomatura en Antropología Cristiana y Diplomatura Universitaria en Formación Religiosa queremos ayudarte a repensar en los “porqués” de la vida. Acompañarte en tu formación para encontrar respuestas a las preguntas sobre la vida, el dolor, Dios, el obrar humano…
Con los años crece nuestro cuerpo, adquirimos conocimientos, desarrollamos habilidades, ejercitamos virtudes… y nuestra fe también tiene que crecer, madurar. Hay que animarse a profundizar en los misterios de nuestra fe.
Algunos interrogantes que te invito a pensar: ¿Por qué Dios no creó un mundo tan perfecto que en él no pudiera existir ningún mal?. ¿Por qué Dios permite las enfermedades? ¿Tiene nuestra libertad algún límite? ¿Cuál es la relación adecuada entre la religión y la política, entre la Iglesia y el Estado? ¿Es necesaria la Iglesia para la salvarse? ¿Puede fabricarse algún día un “robot persona”? Jesús siendo Dios, ¿tuvo necesidad de aprender a leer y escribir? ¿Los ángeles son superiores a las personas?
Seguramente hay muchas preguntas en tu interior sobre las que te gustaría profundizar, quizás otros interrogantes vayan surgiendo en el camino. También es posible que la diplomatura sea un espacio para ejercitarte en mirar la realidad con mayor intrepidez. La Filosofía y la Teología nos ayudarán, como caminos certeros, a encontrar esas respuestas que anhelamos.

No nos preocupemos si se nos hace crónica la edad de los “¿por qué?”. Al contrario, es un don que nos ayuda a descubrir el sentido de la vida y de nuestra vida.

 

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¿Qué ocurre si modificamos nuestro ADN?

Mg. Teresa Ravasi

El avance de la ciencia en el campo de la genética ha sido impresionante. De tal forma que se ha realizado un descubrimiento polémico en el área de la ingeniería genética que inauguró “la era de la edición de genes” (Palacios Yabar, 2019); el hallazgo en cuestión es la técnica CRISPR-Cas91.

Esta técnica conocida como edición genética, descubierta en el 2012, consiste una herramienta avanzada de ingeniería genética. Se trata de un mecanismo que permite modificar la secuencia de ADN, cortando de forma precisa y segura, al parecer, segmentos específicos para reemplazarlos por otros elegidos especialmente.

El sistema CRISPR-Cas, si bien todavía se encuentra en fase experimental, resultó fantástico porque permite la incorporación de fragmentos de ADN exógeno, siendo útil para la defensa en futuras invasiones, es decir, la modificación que se realiza en el ADN es heredable.
Ahora bien, la edición genética puede utilizarse para células adultas y células de la línea germinal2.
En el primer caso, dentro del plano clínico, la técnica se presenta con consecuencias poderosas y beneficiosas cuando la utilización es con fines terapéuticos.

Se produjo un gran impacto en el campo de los desarrollos farmacológicos, diagnóstico, agricultura y biología sintética.
Estas intervenciones realizadas no se transmitirían a la descendencia.
En el segundo caso, la aplicación de estas técnicas en embriones y gametas genera mayores reparos bioéticos. Esto se debe a dos importantes razones:

1) la manipulación de la vida naciente encierra una potencialidad eugenésica; y
2) hay un desconocimiento de la totalidad de los riesgos o consecuencias que tiene el modificar el genoma humano, alterando la integridad de la especie.

Es precisamente por las causas mencionadas anteriormente, que la aplicación de la edición genética en células de la línea germinal han llevado a la mayoría de los científicos involucrados en su descubrimiento a solicitar una moratoria en el uso clínico. Empero, en 2018 un científico chino anunció el nacimiento de bebés genéticamente modificados. Este proyecto tuvo muchos puntos ‘dudosos’ en la aplicación, que no fueron revelados desde el primer momento; entre otros aspectos, implicó el descarte de embriones, obtuvo una baja eficiencia y generó numerosas mutaciones en los genomas de los bebés.
La comunidad científica, de forma casi unánime, condenó ese experimento porque siendo riesgoso y médicamente innecesario había vulnerado el principio básico de “no maleficencia”.

Frente a este panorama, podemos entender lo siguiente:
La capacidad humana para influir en diversos procesos vitales aumenta y la creciente aptitud para incidir en el futuro de la especie no tiene precedentes, por lo que la Bioética contemporánea nos permite afrontar realidades que, como pocas veces en el pasado, se vislumbran idóneas para modificar profundamente a la especie humana, así como al ambiente en el que está inserta. En ese marco, el impacto de las herramientas de edición genética lucen capaces de trascender fronteras, nacionales y también generacionales.
(Pucheta, 2019)

Indudablemente, como expresa Pucheta (2019), la edición genética es un hecho hoy día y exige que la Bioética y el Derecho se involucren para regular la actividad. Más aún, este descubrimiento impacta en la vida de los individuos, en su entorno natural y a nivel de las relaciones sociales y políticas. Por lo tanto, tal poder biotecnológico no puede ser indiferente a la regulación ético-jurídica.
Este tema es uno de los principales desafíos ético-jurídicos contemporáneos y, dado que su alcance incide en toda la especie humana, se encuentra regulado de modo diverso a lo largo del planeta. Es por ello que en Bioética profundizaremos en el tema: conociendo las técnicas y valorando la licitud de las mismas, ya que no solo impactan a nivel individual sino que involucran a toda la sociedad.