Proyecto «Reconocemos a las Mujeres en Ingeniería»

El Proyecto “Reconocemos a las mujeres en ingeniería” es una iniciativa del Programa de Mujeres en Ingeniería de la Facultad de Ingeniería de la Universidad FASTA tendiente a reconocer a las mujeres en ingeniería desde la palabra de sus colegas ingenieros.

El Proyecto Reconocemos a las Mujeres en Ingeniería pretende contrarrestar el efecto Matilda, y llamar a la reflexión a los colegas ingenieros sobre este fenómeno del que son parte actora.

El “Efecto Matilda” refiere a la insuficiente valoración que sistemáticamente se hace de las mujeres en el campo científico y al escaso reconocimiento a sus contribuciones académicas (Rossiter, 1993). También se relaciona al fenómeno por el cual las mujeres y sus aportes científicos se acreditan a los hombres o, directamente, se pasan por alto por completo. Este fenómeno a veces es invisible y a veces se produce involuntariamente. Esa insuficiente valoración y escaso reconocimiento se va construyendo desde la ausencia de manifestaciones explícitas que pongan en valor la actuación profesional o hagan público el reconocimiento a las mujeres por parte de sus colegas. Así, una serie interminable de pequeños actos de indiferencia y desestimación van dando fuerza y forma al efecto Matilda.

En concreto, el Proyecto invita a los ingenieros a pensar por unos minutos y hacer explícito su reconocimiento, admiración o agradecimiento a las mujeres cercanas en el campo de la Ingeniería. A esas tantas Mujeres en Ingeniería que merecen que su saber, su hacer y su ser sea públicamente valorado. El objetivo es conocerlas, a través de mensajes cortos, en primera persona, que las hagan trascender.

La invitación fue cursada en primer lugar a ingenieros de la Universidad FASTA y, a poco de andar, la iniciativa se viralizó y la invitación se amplió, naturalmente, a ingenieros de toda América Latina.

¿De qué trata?

En el acto de comunicar, no sólo se transmiten palabras y conceptos, sino que se expresa el modo en que se ve y se entiende el mundo. Hay un emotivo que circula en las palabras, que se aloja entre los intersticios del mensaje y las personas que lo integran. Hay aspectos que dejan ver la actitud que hay en ese mensaje. De este modo, en el acto de expresar el reconocimiento hacia otra persona, se comunican aspectos en diferentes niveles, como si fueran esferas concéntricas.

  1. Una esfera tiene que ver con lo personal y propio de la persona que comunica, donde el mensaje está impregnado de sus valores, creencias, fortalezas, autoestima y juicios.
  2. Una segunda esfera se relaciona con lo vincular y en ella se entreteje el mensaje con las relaciones de poder, con lo que uno está dispuesto a dar y recibir en una relación, con los roles que ejerce, con los miedos y competencias que posea, y con su inteligencia interpersonal.
  3. En la tercera esfera se pone en juego la maya social en el mensaje; allí, lo cultural, lo histórico, lo temporal, las leyes, las tradiciones, los mitos y mandatos, a modo de marcos mentales, resignifican la percepción de la realidad.

Estas tres esferas se retroalimentan y actúan de modo sistemático en cada mensaje que se emite y se recibe en la interacción con los otros. El mensaje, entonces, es un producto complejo, cargado de emociones y produce efectos.