La actividad física es una herramienta fundamental para mejorar la calidad de vida y prevenir enfermedades. Está comprobado que el ejercicio regular reduce el riesgo de patologías crónicas, mejora la salud cardiovascular, ayuda a controlar el peso corporal y aporta beneficios a nivel emocional y mental. Sin embargo, antes de comenzar cualquier plan de entrenamiento, es clave tener en cuenta ciertos recaudos médicos para evitar complicaciones.
Para esto hablamos con el Dr. Pablo Corral, investigador y profesor de la carrera de Medicina de la Universidad FASTA, quien destacó la importancia de realizar una evaluación clínica previa: “Lo primero que quiero aclarar es que es necesario hacer un chequeo antes de comenzar a realizar actividad física”, sostuvo, y agregó que “el que debe determinar qué estudios hacer es, en principio, el médico de cabecera, que verá la necesidad o no de derivar a un especialista eventualmente para estudios complementarios, como un cardiólogo”.
De esta manera, Corral explicó: “los riesgos asociados a la actividad física pueden dividirse en dos grandes grupos. Por un lado, los riesgos vasculares, que incluyen complicaciones cardíacas y cerebrovasculares, y por otro, los mecánicos, que pueden afectar el sistema óseo, muscular o tendinoso. Por eso es fundamental que un paciente tenga una evaluación médica previa”.
“Toda actividad física requiere de una evaluación clínica, ya sea de tipo aeróbico (como atletismo, natación o ciclismo) o anaeróbico (como levantamiento de pesas u otras disciplinas de fuerza). En cualquiera de los casos, es necesario que la persona tenga una evaluación clínica previa, independientemente de la actividad que vaya a realizar”. Señaló.
Además, Corral subrayó: “existen poblaciones que deben prestar especial atención a estos controles. Personas con antecedentes cardíacos o neurológicos, pacientes con obesidad, hipertensión, diabetes, mayores de edad o con factores de riesgo conocidos, deberían realizar estudios específicos antes de comenzar un programa de ejercicio. Cada uno de estos pacientes tiene unos recaudos especiales y probablemente algún tipo de indicación de estudios específicos”.
De este modo, el profesional dejó un mensaje claro y alentador: “el primer consejo que les daría es que hagan actividad física, lo que sea, pero háganla. Sin embargo, antes de empezar cualquier tipo de ejercicio, es importante consultar con su médico, quien determinará qué estudios son necesarios según la condición de salud del paciente y el tipo de actividad que quiera realizar”.
Para finalizar, Corral detalló: “no es lo mismo alguien que quiere salir a caminar todos los días que alguien que quiere hacer un deporte de alto rendimiento o una actividad exigente como el buceo. Por eso es fundamental adaptar los controles médicos a cada persona y a la actividad física que vaya a realizar”.