El pasado 4 de octubre los docentes y autoridades de la Universidad vivieron una jornada de reflexión y compartieron un espacio entre colegas. En el evento estuvo presente el Gran Canciller, Pbro. César Garcés Rojas y se realizó en la Villa San Francisco.
En este sentido, los docentes, mientras compartían el desayuno, escucharon las palabras de César, quien luego brindó una reflexión para UFASTA Noticias sobre el significado de la jornada:“dentro de las misiones que asumo como presidente de FASTA está también la de ser Gran Canciller. Por eso hemos pensado en generar ciertos espacios para dialogar, para encontrarnos y reflexionar junto con los profesores. Hemos planteado esta experiencia para propiciar ese diálogo y poder transitar juntos un espacio común”.
Además, agregó: “la reflexión de hoy giró en torno a la esperanza. Dentro de la Iglesia, este es un año jubilar, cuya consigna es ‘Peregrinos de esperanza’. Por eso buscamos reflexionar sobre cómo miramos la Universidad desde esa perspectiva, y cómo asumimos la esperanza también como un desafío”.
La Subsecretaría de Bienestar y Deportes acompañó el encuentro, organizando una actividad didáctica. En ella, los docentes debían elegir un objeto dispuesto en distintos sectores del complejo y reflexionar sobre su elección y su relación con la tarea docente.
Luego, el Sacerdote de Fasta, Pbro. Federico Rossini leyó un texto que invitó a la reflexión conjunta. Luego, junto a los presentes, se respondieron una serie de preguntas orientadas a pensar en la mejora de las propuestas de la Universidad y en cómo cada uno puede aportar para seguir creciendo como comunidad educativa.
Para concluir la jornada el Rector, Dr. Juan Carlos Mena dio unas palabras: “la tarea docente es una siembra constante. No todas las semillas logran dar fruto, pero el verdadero valor está en haber sembrado con esperanza y dedicación. Nuestra preocupación no debe centrarse solo en los resultados, sino en haber sido buenas personas y en contribuir al bien común a través de nuestro trabajo”.
Por último, Mena, alentó a los presentes a poner su labor universitaria en manos de Dios, para seguir construyendo “una comunidad de esperanza que dé abundantes frutos en este siglo XXI”.