Por Camila Spoleti
Radio De La Azotea (FM 88.7) es una radio comunitaria marplatense nacida en el año 2004 a partir de la inquietud de un grupo de personas que, ya finalizando sus estudios, comenzaban a tener sus primeras experiencias laborales en medios de comunicación convencionales y se encontraban con que la realidad de la práctica no se correspondía con lo que entendían que la comunicación debía ser: prestar un servicio a la comunidad. Esa búsqueda inicial se mantiene hasta hoy y es lo que da sentido y forma al proyecto. Javier Germinario, Carolina Gerli, Mónica Monlezun, Joaquín Bourg y Juan del Valle son solo algunas de las personas que, desde distintos lugares y desde hace más o menos tiempo, integran Radio De La Azotea, y son quienes hablan de ella en esta nota.
Javier Germinario, miembro del proyecto desde sus inicios, cuenta lo siguiente: “Yo me encontré, casi en simultáneo, cuando estaba terminando de estudiar, teniendo una oportunidad laboral, y lo primero que me dijeron fue a quién no había que darle espacio en el medio en el que yo trabajaba. Eso fue un golpazo en la cabeza. O una radio que se definía como progresista pero que no quería hacer radio el 24 de marzo, ponele. Eso para mí fue determinante. Fue un desencanto y también fue un impulso.”
Fue a partir de estas situaciones que él y un grupo de compañeros con experiencias parecidas comenzaron a realizar talleres y actividades de difusión de la comunicación abiertas a la comunidad, orientadas principalmente al formato radial. Como explica Germinario, la respuesta “masiva e intensa”, hizo que el proyecto desbordara los límites de la propuesta inicial. Cuando terminaba un taller, las personas que habían asistido preguntaban por el próximo. Y al finalizar las prácticas, que consistían en puestas al aire reales en radios que brindaban su espacio, decían “bueno, yo quiero hacer este programa la semana que viene” recuerda Germinario. “Entonces no se iban. Y esas personas, después, fueron parte de esto.”
De ese modo, comenzaron a ocupar cada vez más tiempo de aire en las FM en las que hacían las prácticas. Un día, el director de una de esas radios les dijo que no les daba más lugar: “nos dijo que no nos daba más espacio y que nosotros teníamos que poner una radio. Que no nos dábamos cuenta que nosotros estábamos haciendo una radio adentro de otra radio. Y nos empujó un poco” relata Germinario.
A esas condiciones se sumó la incorporación de ideas de comunicación alternativa y participativa a partir de la observación de proyectos que ya existían en distintos países de América Latina, y el apoyo de radios alternativas argentinas que estaban interesadas en difundir y multiplicar ese modo de hacer comunicación. Javier Germinario recuerda haber participado de talleres dictados por la radio La Tribu, en Buenos Aires, antes de que De La Azotea existiera, y haber compartido ese espacio con personas de distintas ciudades que comenzaban a gestar proyectos parecidos. “Nacimos muchas al mismo tiempo” dice, y señala la importancia de relacionarlo con el momento histórico: finales de los noventa, principios de los dos mil, “estallido en muchísimos sentidos”. Así, “también lo que pasó fue parte del impulso: una comunidad, una sociedad muy convulsionada, sin espacio en los medios convencionales, pero con mucha necesidad de expresarse. ”
“Nos propusimos hacer comunicación poniendo por sobre todos los intereses a la comunidad que fuera parte de ese proceso de comunicación”, plantea Germinario: “No un interés económico, no un interés de que alguien quedara bien posicionado. No hubo nunca alguien que nos definiera un sentido que no fuera estrictamente comunicacional. Eso nos hizo nacer puros digamos, y nosotros decimos que hacemos la verdadera comunicación. Ahí hay, si querés, poca humildad, pero tiene que ver con que pudimos priorizar esos intereses por sobre otros, todo el tiempo.”

Así, desde el primer momento estuvo clara la dimensión política de la radio. Una dimensión que necesariamente existe porque, como sostiene Carolina Gerli, operadora técnica de Radio De La Azotea y responsable del área de operación técnica del proyecto, “todo medio de comunicación es político, y hace política, y está parado en algún lugar, defendiendo algunos intereses. La comunicación es política. Qué comunicamos, cómo lo comunicamos, a quién se lo comunicamos, de qué manera se lo comunicamos, cuándo lo comunicamos, todo eso es político. Y Radio De La Azotea tiene una posición política, está parada de un lado de las voces. Siempre vamos a estar del lado de los sin voz, de la gente que no va a salir en los grandes medios, de los sectores más vulnerables de nuestra ciudad, de los gremios, de los sin techo, de las personas en situación de calle, de las organizaciones sociales, de los centros de estudiantes.”
En ese sentido, aparece como fundamental no sólo la escucha atenta de las necesidades de la comunidad, sino también, y sobre todo, su participación desde el lugar de emisión. Así, por ejemplo, los jueves a las 16:00 se emite por la 88.7 “Formato Libre”, un programa que surge a partir de un dispositivo de adaptación a la vida adulta para jóvenes con discapacidad que lleva el mismo nombre. El programa, coordinado por Joaquín Bourg, periodista y docente, junto a tres terapistas ocupacionales, es protagonizado por chicos marplatenses que asisten a ese espacio, donde además de recibir terapias individuales, tienen la posibilidad de participar de distintos talleres grupales, entre ellos, un taller de radio. Allí aprenden distintas cuestiones del formato radial para luego poder producir y llevar adelante el programa semanal en Radio De La Azotea, donde conversan acerca de sus intereses y comparten sus perspectivas sobre distintas temáticas.
Joaquin Bourg describe dos dimensiones fundamentales del proyecto: “En principio, las terapistas habían captado que a los fines terapéuticos de los chicos había cuestiones de la expresión, de la exposición, de la organización de la información, que podían llegar a colaborar con el dispositivo, con los tratamientos, con los fines que tiene el dispositivo, que en definitiva es que los chicos puedan, con apoyos y con colaboración de distintos profesionales y grupos interdisciplinarios, llevar a cabo una vida adulta independiente en todos los sentidos posibles. Y el taller de radio les podía llegar a brindar esas herramientas para poder desenvolverse en esa vida adulta independiente que se proyectaba.” Por otro lado, los objetivos comunicacionales, que tenían que ver con “poder darle voz o darle alcance o participación a personas con discapacidad que quizás no tenían en medios de comunicación la posibilidad de contar sus intereses, de poder transmitirle a los demás qué pensaban sobre la realidad que los atravesaba, ya sea sobre discapacidad o sobre cualquier otra temática que quisieran hablar.” Por este motivo, tener un lugar en una grilla de programación junto con periodistas y otros actores sociales constituye un detalle no menor.
El taller inició en 2020 y la puesta al aire en 2021. Durante estos años, han pasado muchos chicos y las experiencias han sido variadas y muy positivas. “Hemos participado de diversas maneras de lo que es la radio, ya sea con entrevistados en vivo, ya sea con móviles, con programas especiales, con salidas, con coberturas… De hecho, hasta hemos participado de las coberturas de elecciones que hizo Radio de la Azotea, con todo el equipo de elecciones y los analistas y demás” cuenta Bourg, y añade: “Ha sido un recorrido más que, no sé, exitoso no es la palabra. Pero sí, exitoso en términos de los objetivos que nos habíamos planteado en un principio. Que de repente haya chicos que se hayan dado cuenta que podían hacer una carrera de comunicación y la siguieran después o una carrera de locución… estamos muy contentos por eso. El proceso es y sigue siendo de mucha satisfacción y de muchos logros cumplidos.”
Otro caso en el que la propuesta de “comunicación participativa” de la radio resulta clara es el de “El Pueblo se Hace Escuchar”, un programa fundamentalmente “itinerante” que se emite los sábados de 12:00 a 14:00. Juan Del Valle, co-conductor del programa, explica en qué consiste esa itinerancia de la siguiente manera:
“Salimos con los equipos y consola a los barrios marplatenses, llevamos la Radio al pueblo. También salimos desde estudio. La itinerancia se basa en el requerimiento de donde esté la noticia, siempre priorizando las necesidades de los barrios, entidades, sindicatos, jubilados, etc. El objetivo es acercarle el micrófono a todos aquellos que no tienen voz. Como reza el lema de Radio de la Azotea: ‘Estamos donde tenemos que estar’
Se lleva a cabo de la siguiente manera: de lo que pasa en la ciudad, elegimos por dónde pasa la noticia, reitero: donde hay y se requiere una necesidad de visibilizar un reclamo, poner en público una injusticia, la celebración de hecho comunitario…”
La atención sobre la realidad local en Radio De La Azotea es prioritaria. “Todos los medios comunitarios tienen un ancla muy fuerte en la comunidad en la que habitan” señala Carolina Gerli. Por distintos motivos, esto no ocurre tan a menudo en los medios convencionales. En relación a eso, Javier Germinario precisa: “La agenda fácil siempre es la nacional. La cercanía, además de que es un poco más compleja de cubrir, aunque parezca contradictorio lo que estoy diciendo, es donde más compromiso hay. Entonces, por poner un ejemplo, si hay un corte de servicio eléctrico causado porque la empresa de servicio no hace las inversiones que tiene que hacer, la gran mayoría de medios de acá no van a decir eso porque, o tienen la publicidad de la empresa, o la quieren tener. Eso es un problema de cercanía, porque cuando le das esa información y tomás esa posición ante tu comunidad quedás expuesto en un interés que vos no querés afectar. Y pasa con los gobiernos locales, pasa con los servicios: vos no podés hablar de lo mal que están las calles, porque le estás pegando al intendente, vos no podés hablar mal de la seguridad porque le estás pegando a la política. Como a nosotros no nos influyen esas relaciones, tenemos la posibilidad de priorizar esa cercanía.”

La programación de Radio De La Azotea es diversa. Incluye programas deportivos, culturales, gremiales, de actualidad, de educación. En esta última categoría temática puede ubicarse “Radiografía Educativa”, un programa conducido por Guadalupe Fuente, con co-conducción de Natalia Angulo y producción general de Mónica Monlezun.
Hace diez años, tras jubilarse de la docencia, Mónica Monlezun decidió que quería seguir hablando de educación. Se acercó entonces al licenciado Marco Folgar con una propuesta: un programa de radio en el que se hiciera una radiografía diaria de la educación en Mar del Plata, en la provincia, en el país y en el mundo. Apareció así el nombre y la forma del proyecto, que se desarrolló primero en Radio Residencias y luego, al aparecer la necesidad de modificar el horario y otras cuestiones, se mudó a Radio De La Azotea. Hoy sale todos los miércoles de 18:00 a 19:00 por la 88.7, “una radio abierta donde podemos hablar los temas sin ninguna dificultad”, subraya Monlezun.
Los programas mencionados hasta el momento son producciones autónomas. Esto quiere decir que son propuestas que traen radialistas externos a la gestión de la radio —conformada actualmente por Javier Germinario, Carolina Gerli, Juan Quintanilla, Pablo Rosenfeld, Fiorella Vega, Lourdes Michiqué, Maxi Monetti, Sebastián Piantoni y Claudio Torres— y que hacen un aporte económico para el mantenimiento de la radio además de un pago a los operadores, el único puesto que es remunerado. Pero hay también programas de otros tipos: producciones propias, entre las que, al día de hoy, se encuentra únicamente, por insuficiencia de recursos, “La Revolución de la Mañana”; y espacios cedidos, como el programa “Madres de la Plaza”, a cargo de la Asociación Madres de Plaza de Mayo filial Mar del Plata, que solo realizan el pago a los operadores.
La cuestión económica es compleja. La radio tiene tres fuentes de ingresos que permiten su sostenimiento: los aportes que hacen los programas, la publicidad y los financiamientos externos. El peso de uno y otro va modificándose en función de los contextos. Hoy en día, la radio se sostiene principalmente por los aportes de los programas.
“No debería ser así, porque eso determina que nosotros tengamos en el aire programas que, a veces —con “a veces” me refiero a según la etapa, según el momento histórico— nos interesan más o menos, o está más o menos bueno que estén”, explica Germinario. “Entendemos que eso también deja afuera a un montón de gente que podría hacer comunicación, pero que no tiene acceso a ese recurso. Y a la vez, a nosotros nos gustaría que la guita no fuera un obstáculo, porque eso permitiría que muchas de las cosas que nosotros consideramos que hay que decir se pudieran decir. Pero lo real es que el costo de funcionamiento, ya ni siquiera es repartir excedentes, porque eso ya no pasa más, obliga a que haya un volumen de recursos todos los meses que por ahora salen necesariamente de ahí.”
Entre los financiamientos externos se encuentran, o se encontraban, los pertenecientes al FOMECA (Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual), cuyo objetivo es fortalecer a los actores de la comunicación sin fines de lucro. Este fondo, gestionado ante el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) es una herramienta establecida por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (Ley 26.522), que estipula que el 10% de los fondos recaudados por los gravámenes y multas a los grandes medios comerciales debe ser destinado a “fomentar procesos de actualización tecnológica y de producción de contenidos de radios, canales y productoras comunitarias y de pueblos originarios”. Hasta el año 2023, los medios comunitarios tenían la posibilidad de concursar para acceder a distintos financiamientos (destinados a diversos fines como capacitación, renovación del equipamiento, proyectos especiales) provenientes de ese fondo. “Cuando la ley arrancó y durante buena parte de ese tiempo, con demoras, con complicaciones, porque no era un mundo ideal, eso se cumplía” explica Germinario. Actualmente eso no sucede. “Los medios comerciales siguen tributando, lo que no se sabe es a dónde va a parar esa plata, desde hace un año y pico. Es una obligación del Estado que no se está cumpliendo.”
Este incumplimiento de la ley es una de las cuestiones por las que hoy reclaman las redes de medios comunitarios como FARCO (Foro Argentino de Radios Comunitarias) y AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias) entre otras. Estas redes, fueron fundamentales para la creación y sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, y hoy discuten, desde la necesidad de una actualización de la ley que responda a las necesidades surgidas tras la aparición de nuevas formas de hacer comunicación; hasta problemáticas cada vez más básicas como el sostenimiento mismo de los medios comunitarios, en un contexto que resulta particularmente adverso.
Radio De La Azotea pertenece tanto a FARCO como a AMARC Argentina, entendiendo que encontrarse con proyectos parecidos y formar redes es de suma importancia a la hora de dar este tipo de discusiones. La discusión y el trabajo colectivo es, además, crucial en el funcionamiento interno de la radio. La gestión de De La Azotea se divide por áreas: artística, técnica, multimedia, de gestión de recursos, de programación.
La radio, explica Gerli, “siempre fue autogestiva, siempre fue una radio plenamente comunitaria y de gestión colectiva, en un momento fue asamblearia, pasó por diferentes estadíos”. A finales de la pandemia, tras largas instancias de debate y trabajo conjunto, se decidió añadir una mesa de dirección formada por tres personas a las que se les dio la potestad de tomar decisiones aquellas que requirieran una resolución más inmediata, para poder así optimizar algunas cuestiones de funcionamiento. “Generalmente todo pasa por las reuniones colectivas, todo se sabe, todo se habla, pero bueno, hay cosas concretas que van sucediendo en el camino, que hay que resolverlas y por ahí no pueden esperar esos tiempos de debatirlo y de charlarlo”, detalla la operadora.
Actualmente esa mesa de dirección está ocupada por varones. “Es complicado”, dice Gerli. “Quedó así en su momento porque éramos menos mujeres todavía cuando se decidió esta estructura nueva. Éramos dos compañeras y yo tenía a mi bebé de meses, y no podía tampoco comprometerme ni ocupar cargos de… Que bueno, es eso, es transversal, es lo que pasa siempre. Las mujeres estamos atravesadas por un montón de tareas y de cuidados que los hombres a veces no tanto, y que no nos permiten poder ocupar algunos roles. Yo tengo dos trabajos, trabajo en la radio y trabajo en otro lugar, y soy madre, y bueno, te limita. Lo ideal sería… lo más hermoso del mundo, siempre sueño con eso, me encantaría que todos los compañeros que trabajamos en Radio De La Azotea vivamos de Radio De La Azotea y no necesitemos nada más y podamos estar 100% con la cabeza en Radio De La Azotea. Pero bueno, es difícil. Cualquier cosa autogestionada, y sobre todo un medio comunitario, es re difícil.”
Más allá de la existencia de dificultades, quienes forman parte de Radio De La Azotea, asumen con orgullo la tarea de llevar adelante un espacio en el que la comunicación participativa es una realidad concreta y transversal a todos sus aspectos. Con orgullo, convicción y alegría.
* Este artículo es parte de la edición de ABRIL 2025 del newsletter LINKEADOS de la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad FASTA *
Linkeados, newsletter mensual de la FPyC UFASTA | Abril 2025 – Año 4 – Número N° 17