Linkeados

Diario La Capital: la primicia es efímera, lo que perdura es la credibilidad

Por Paula Watson

Al llegar a la reconocida esquina de Av. Champagnat y Alberti, lo primero que se observa son varias antenas telescópicas y un cartel grande en la entrada que dice “La Capital”. Sin embargo, todo esto está envuelto en un aura de trayectoria y solidez. La antena evidencia claramente el paso del tiempo y los distintos momentos que atravesó el diario, fundado, por cierto, en 1905.

Una vez dentro, pueden verse numerosas placas y reconocimientos colocados en las paredes, junto a otros objetos antiguos que alguna vez formaron parte de los procesos cotidianos de la redacción, y que hoy son recuerdos que, una vez más, reflejan la historia del medio.

Pero esta imagen cargada de años recorridos es solo una parte del recorrido, porque la verdadera esencia del diario es su capacidad de adaptarse constantemente a los nuevos paradigmas de la comunicación, con una ventaja clave: la experiencia de haber transitado todos los escenarios del periodismo.

Luego de unos minutos en la sala de espera, nos recibe con entusiasmo y cordialidad Marcelo Pasetti. Marcelo es periodista y trabaja en el diario desde los 18 años y es un testigo fundamental de los cambios de los que venimos hablando. Supo formarse, construir una carrera y adaptarse continuamente a las transformaciones del medio y del oficio. Hoy, como subdirector del diario, nos dedica unos minutos para contarnos sobre los procesos actuales y su recorrido en el mundo de la comunicación.

¿Cómo es el recorrido desde que se decide comunicar un hecho hasta que esa información llega a los medios?

Imaginate que durante el día se generan infinidad de noticias. Por una cuestión de espacio y tiempo, tenemos que priorizar. Nuestro trabajo consiste en identificar qué es lo más importante. Por ejemplo, hoy hay dos temas centrales en Mar del Plata. La visita del gobernador, que entrega patrulleros y participa de un congreso gremial, cobra relevancia también por la reciente decisión de desdoblar los comicios.
Entonces el equipo de la mañana se enfocó en ese tema, mientras que el equipo de la tarde cubre todo lo relacionado con las marchas y el paro. Esos son los temas principales del día.
Paralelamente, van surgiendo otros hechos. En este momento, hay noticias policiales que la sección correspondiente está cubriendo, junto con noticias deportivas. Se juega la Champions League, hay partidos de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana. También hay temas vinculados al espectáculo y al turismo, como las expectativas para Semana Santa. Todo eso se suma al cúmulo de información que gira constantemente.
La web y la portada digital nos permiten volcar gran cantidad de contenido sin inconvenientes. En cambio, el papel exige un proceso más selectivo. El filtro es más riguroso porque el espacio es limitado.
Si el gobernador estuvo ayer, evitamos repetir simplemente ese dato, ya que la audiencia ya se enteró por otros medios, como la web, la radio o los noticieros. Entonces buscamos aportar análisis, encontrar lo que no se mostró, lo que pasó detrás. Por ejemplo, hoy recibí una foto donde se ve que, fuera del Congreso, Kicillof se reunió con históricos dirigentes del peronismo local. Esa nota tiene peso político y va a ser importante.
Muchas notas también surgen directamente de la gente, algo que agradecemos. Las redes sociales marcaron un cambio de paradigma total. Los vecinos cuentan lo que ocurre en los barrios o en las escuelas. Hoy, por ejemplo, un alumno amenazó con ir armado a una escuela, recibimos la información por WhatsApp de inmediato y ya fuimos al colegio e hicimos la nota.
Cada día se incrementa el trabajo desde el punto de vista de las fuentes. Ahora son múltiples. El rol del periodista es evaluar qué información vale la pena y cuál no. Esa sigue siendo la riqueza de esta profesión, algo que no puede hacer la inteligencia artificial. El olfato, la experiencia y el criterio profesional siguen siendo esenciales.

—Qué interesante lo que decís, porque hoy cualquier ciudadano puede convertirse en fuente…

—Es exactamente así. Cualquier persona con un teléfono puede ser una fuente muy valiosa. Hay que cuidarlas. Si hay un robo en una heladería, probablemente haya cámaras que lo registren. Todos los medios, nosotros también, nos nutrimos de ese tipo de registros enviados por la gente. Antes eso no pasaba.
Yo siempre pongo el mismo ejemplo. Antes, el único contacto con los lectores era a través de la carta al director. Una carta llegaba una semana después y se publicaba. Hoy todo es inmediato. El teléfono, las redes, las líneas directas. De allí también surgen muchos temas importantes. Por eso, en la redacción todos, desde el primero hasta el último, tenemos la orden de revisar constantemente nuestras redes. A veces una bomba informativa puede aparecer por ahí. Hemos hecho notas de gran repercusión gracias a eso.

—Vos que estás hace tantos años en el medio, ¿el cambio fue abismal en el proceso de trabajo?

—El cambio fue tremendo. Hoy el periodista ya no cumple horarios fijos, el teléfono está activo las 24 horas, la cercanía con la información es permanente, la inmediatez es total. El otro día, mientras cerrábamos el diario, hubo un incendio. Un periodista fue, sacó fotos con el celular, escribió la nota en el bloc de notas, la envió desde su casa, se editó, y a los diez minutos estaba publicada. Antes eso era impensable. Las herramientas actuales son increíbles.
Y ni hablar de la irrupción de la inteligencia artificial. Estamos en plena etapa de aprendizaje. Hacemos cursos, experimentamos, probamos. Algunas cosas resultan muy útiles.

—¿Hoy en día ya la están utilizando o todavía están explorando?

—La usamos en cuestiones muy puntuales, como las notas del tiempo o la cotización del dólar. Se carga la información y el sistema arma el texto. También la probé en otros casos, pero por ahora son aplicaciones menores.

—¿Por qué considerás importante el periodismo local en el contexto actual de la comunicación?

—Porque en esta era en la que todo está al alcance de la mano, lo local tiene más valor que nunca. Podés ver a Trump hablando en vivo desde cualquier lugar del mundo, pero nadie te va a informar que en Mar del Plata cambiarán el sentido de circulación de la calle Los Andes. Y eso, para los vecinos, es fundamental. Hoy la pesca está en crisis, y no hay medios nacionales que hablen de eso. Por eso fortalecemos todo lo que tenga que ver con lo local. Sabemos qué temas leen los lectores, cuánto tiempo les dedican, por qué los eligen. Las noticias locales tienen un peso muy fuerte y son lo que nos diferencia de otros medios como Clarín, Infobae o El País. Es nuestro fuerte y debemos apostar a eso.

—Ahora hablemos de vos. Leí que empezaste a trabajar a los 18 años. ¿Qué buscabas en ese momento? ¿Cuál era tu mirada del periodismo?

—Siempre fui muy inquieto. Dirigía un periódico escolar. Empecé en deportes, como la mayoría, haciendo tareas básicas. Un día tuve la oportunidad de hacer una buena nota, a los editores les gustó, me mandaron a la calle, y así empecé. Hice toda la carrera dentro del diario. Fui aspirante, luego secretario de redacción. Nunca trabajé en otro medio. Amo esta profesión. El diario es mi casa.

—¿En qué áreas creés que hoy debería fortalecerse un estudiante de periodismo o comunicación?

—Hay muchas. Por ejemplo, no hay periodistas jóvenes especializados en pesca, que es la industria principal de Mar del Plata. También falta brindar más servicio concreto al lector. Dónde se paga, cómo se hace un trámite, cómo funciona una aplicación. La tecnología ocupa un lugar clave y los medios no pueden estar al margen. También deberíamos especializarnos en temas vinculados a los adultos mayores, que son una parte muy importante de la población local. Qué vida llevan, qué necesidades tienen, cómo los afectan las estafas. El periodismo ya no se limita a describir un hecho. Hay que profundizar, analizar, contextualizar. Porque con el tiempo, los diarios van a dejar de ser el principal canal de información inmediata. Si hay un choque en la esquina, la radio y la televisión ya estarán ahí. El diario tiene que contar algo más. Cuántos choques hubo en ese cruce, por qué es peligroso, si hay que cambiar algo. Vino Kicillof. No alcanza con decir que vino. Hay que explicar por qué, con quién se reunió, qué significa políticamente su presencia.
El periodismo se está reconfigurando al igual que el mundo. Hoy una medida tomada por Trump repercute globalmente. Tenemos que saber explicar qué implica eso.
La credibilidad del diario es lo que queda. En esto de la inmediatez, nosotros tenemos un protocolo: el objetivo no es salir primero, sino con información veraz, que no tengamos que salir a desdecirnos. A todos nos gusta la primicia, pero hoy la primicia es efímera. Dura quince segundos. A los cinco minutos que publicás una primicia, ya la tiene todo el mundo. Nadie sabe ni le importa quién fue primero.

* Este artículo es parte de la edición de ABRIL 2025 del newsletter LINKEADOS de la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad FASTA *

Linkeados, newsletter mensual de la FPyC UFASTA | Abril 2025 – Año 4 – Número N° 17

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *