Por Camila Spoleti
Una misma carrera puede dar lugar a recorridos diversos. Santiago Fourastie estudió la Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad FASTA y se graduó en 2014. Su formación estuvo marcada por la simultaneidad entre el estudio y la experiencia laboral, tanto durante el transcurso de la licenciatura, como también luego de graduarse. Comenzó a trabajar como colaborador de una agencia de marketing en el segundo año de su carrera y, desde ese momento, fue atravesando distintas experiencias que moldearon su perfil profesional. Actualmente se desempeña como CEO de Shape, una agencia de marketing digital que fundó en el año 2020, donde sostiene la importancia de seguir capacitándose. En esta edición de Linkeados, dialogamos con él para explorar, a través de su experiencia, uno de los caminos posibles construidos en torno a la Licenciatura en Comunicación Social.
El trayecto
El interés de Fourastie por la rama de la comunicación a la que hoy se dedica fue desarrollándose de manera progresiva. Antes de comenzar a estudiar Comunicación Social había pasado por la carrera de Marketing, la cual dejó rápidamente, convencido de que no le gustaban los números. En el primer año de Comunicación Social, interesado en el periodismo deportivo, pensaba en la posibilidad de armar un medio digital propio donde escribir sobre deportes. Sin embargo, cuando al año siguiente un docente le propuso trabajar con él en una agencia de marketing, se dio cuenta que le interesaba más el área comercial. Luego de un tiempo trabajando allí, decidió armar una pequeña agencia junto con algunos compañeros de la facultad. Con ellos trabajó construyendo la marca y diseñando herramientas comunicacionales para la organización de modelos de Naciones Unidas en el Colegio Atlántico del Sur (CADS), y en algunos otros proyectos. “Para ser honestos, nos pasábamos una gran cantidad de tiempo planificando y pensando en lo magnífico que íbamos a hacer, pero luego había poca ejecución”, admite Fourastie, aunque rescata que los modelos de Naciones Unidas fue un proyecto que se sostuvo durante dos años. Las dificultades, explica, se debían a que, paralelamente, todos los miembros del equipo estudiaban y algunos tenían también otros trabajos. “Era una especie de proyecto universitario, que tuvo ahí una vuelta, un acercamiento con algunos clientes reales que estuvo buenísimo”, concluye.
En el último año de su carrera, a través de un programa de la universidad, Fourastie tuvo la oportunidad de realizar un intercambio a Madrid. Allí cursó materias en la Universidad Camilo José Cela, donde se adentró en el marketing digital, un área que todavía no estaba tan desarrollada en Argentina. Esta experiencia fue clave en su formación, permitiéndole sumar una perspectiva distinta a lo que había aprendido hasta el momento. Comenzó entonces su incursión en el mundo digital, al principio con trabajos en redes sociales, dentro de una nueva agencia, y luego ya con proyectos más integrales.
Con el paso del tiempo, fue amigándose con la idea de trabajar con números que había rechazado en un principio. “Siendo honesto, el 90% de mi tiempo en los últimos 5 años o más fueron números”, cuenta y amplía: “Me tuve que familiarizar mucho y me tuvieron que gustar a la fuerza, porque hoy creo que casi todo lo que hacemos en términos de marketing y comunicación, se basa en estadísticas, en números, en métricas”.
Agencia Shape
Cuando, en el año 2020, Santiago Fourastie decidió fundar Shape, buscaba crear una propuesta innovadora para un área que todavía no tenía tanto desarrollo en la ciudad. Había trabajado como consultor para una empresa del parque industrial y, al estar en contacto con líderes de otras compañías, se había dado cuenta de que la mayoría de las empresas locales eran “acéfalas en términos de marketing”. “No tenían quién ocupara posiciones, o quien ocupaba posiciones habitualmente hacía relaciones públicas, hacía periodismo pero también algo de comunicación institucional… Nada tenía que ver con ayudar a una empresa salir a venderse al mercado local, con crear herramientas digitales, con pensar en su su sistema digital y, sobre todas las cosas, con tomar decisiones estratégicas para poder armar presupuestos para las áreas”, explica.
La propuesta de Shape fue entonces, y todavía es, convertirse en una especie de departamento de marketing interno de las empresas con las que trabajan. Es decir, aún siendo una agencia externa, lograr construir estrategias de comunicación y ventas que puedan integrarse a los objetivos y modos de trabajo de cada compañía. Para ello, conforman grupos de trabajo interdisciplinarios, pensados en función de las necesidades de cada cliente, y se sirven de herramientas tecnológicas, análisis de datos y planificación estratégica.
Introducir esta propuesta en el mercado no fue sencillo, debido a que muchas empresas estaban acostumbradas a pensar en las agencias de marketing como prestadoras de servicios puntuales: pedían una página web, manejo de redes sociales o folletos, no un plan a largo plazo. Por otra parte, este esquema implica también que las empresas estén dispuestas a destinar parte de su presupuesto al plan de marketing, algo que muchas veces no sucedía. Así, fueron pasando por distintos clientes, hasta ir encontrando aquellos con los que el trabajo conjunto funcionaba.
Perspectivas sobre el panorama actual
“Creo que hoy el mercado está muchísimo mejor, mucho más abierto”, opina Fourastie y añade: “Sí siento que falta mucha profesionalización. Aún existe una cierta dualidad en la que el cliente se encuentra con alguien que hace algo más o menos, pero lo vende como si fuese algo magnífico, entonces el cliente no encuentra resultados y descree del proceso.” “Pero bueno, igual es lógico, son las reglas del mercado, está muy bien, hay mercado para todos, sin lugar a dudas hay mercado para todos”, concluye.
En Shape, uno de los principales lineamientos es la formación continua de todos sus miembros. “Somos unos enamorados de la evolución constante, creo que el cambio es nuestra matriz y parte de nuestro ADN”, expone Fourastie. A su vez, explica que, en un escenario en el que los cambios tecnológicos son cada vez más acelerados, permanecer adquiriendo conocimientos y habilidades se vuelve una demanda de la época. Así, ante la pregunta por cuáles cree que pueden llegar a ser los desafíos a los que se enfrente su área de trabajo en el próximo tiempo, Fourastie responde: “Por lo menos en lo que a mí respecta, el desafío personal profesional tiene que ver con la conformación de equipos, mucho más que con lo que tenga que ver con tecnología. No sé qué va a venir, pero nosotros tenemos que estar preparados para eso.”
En cuanto a los cambios concretos que las nuevas tecnologías han ido introduciendo en el sector considera: “Profesionalmente siento que lo que hacemos se enfrenta a un cambio absolutamente brutal, sobre todo por la eficientización de muchos de los procesos. Y creo que se vuelve más ágil y más rápido el mercado, y eso lleva a que algunos clientes tengan esa sensación adrenalínica de querer cosas más rápido, las audiencias también. Y por otro lado, hay algo que es un poco más técnico que tiene que ver con que quien hoy toma decisiones respecto a lo que la IA va a hacer o no va a hacer, domina bastante las reglas del juego, de cómo van a ser las búsquedas, de las intenciones de los usuarios, de hacia dónde va a ir el mercado. Entonces a nosotros nos requiere adaptarnos extremadamente rápido.”
“Si estamos flexibles, ágiles y orientados, va a ser mucho más fácil que cualquier cosa que suceda a futuro la podamos capitalizar o aprender. Si nos ponemos reticentes a eso, nos quedamos fuera del mercado”, sostiene y, a modo de conclusión, agrega: “Tampoco es tan abrupto. No es que todo el mundo mañana va a quedarse fuera del mercado. No, seguramente sea un proceso. Sí lo que creo es que va a ser muchísimo más rápido que los cambios anteriores.”
Las herramientas de la formación universitaria
En un contexto que requiere seguir aprendiendo todo el tiempo, Fourastie considera que, en su caso, la carrera funcionó como una base para la especialización posterior. A pesar de que la realidad de hoy sea muy distinta a aquella que estudió hace unos años, destaca que su formación le permitió adquirir algunas habilidades fundamentales e independientes de lo coyuntural: “Me enseñó a escribir muy bien, a comunicarme muy bien de forma escrita y oral, que creo que es una grandísima virtud a la hora de después salir al mercado para hacerte entender con un otro y con empresas. Y creo que un ojo crítico en cuanto a lo visual también y en cuanto a cómo comunican las otras empresas para poder allí encontrar ciertas oportunidades.” A su vez, hace énfasis en las soft skills provistas por la experiencia universitaria: “Las frustraciones, los exámenes, docentes que te incomoden, gente que te dispare ideas para sumarte a un proyecto”. Estas habilidades blandas, resultan útiles independientemente de cómo cambien los escenarios en los que se aplica la profesión, y de qué perfil construya cada estudiante o graduado. Así, cada persona que pasa por la carrera toma de ella distintas cosas y las moldea de un modo particular. Contenidos, experiencias, proyectos, oportunidades, ideas, son interpretados y aprovechados en función de los intereses, enfoques y deseos de cada individuo que decide estudiar.
* Este artículo es parte de la edición de NOVIEMBRE 2025 del newsletter LINKEADOS de la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad FASTA *
Linkeados, newsletter mensual de la FPyC UFASTA | NOVIEMBRE 2025 – Año 4 – Número N° 22