Querido Profesor, Dr. Enrique Correa - UFASTA Noticias

Querido Profesor, Dr. Enrique Correa

ECEstas líneas de presentación  forman parte de la nota realizada a un querido Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas. Todos aquellas personas que tuvimos el honor  de presenciar sus clases conocemos de su vocación, profesionalismo y por sobre todas las cosas la gran persona que es, ejemplo para muchos de nosotros por el buen humor y  entusiasmo para enseñar algo más que Derecho….

 

12 de Septiembre 2014 Entrevista al Dr. Enrique Correa

¿Cómo se definiría?

Soy, simplemente un individuo, (dentro de los cuarenta millones de habitantes),que ama profundamente al País, mi Familia, y mi profesión de “abogado”, haciendo un culto del Trabajo.-

¿En qué año inicio su carrera Universitaria?¿Cómo fueron sus primeros pasos en la profesión? ¿y en la Docencia?

Hace mucho tiempo, por los años 1.950. y tantos, inicié mi carrera universitaria como alumno “libre”, (nunca asistí a una clase), en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad  Nacional del Litoral, Santa Fe, donde me gradué de “abogado” en el año 1.954; y mis primeros pasos como “abogado”, los fueron en mi Ciudad natal, Rosario, desempeñándome  libremente en un Estudio Jurídico, poco tiempo, un año y pico, para  posteriormente “mudarme” a la Ciudad de Buenos Aires, donde me radiqué y pude  desarrollar plenamente mi profesión.

Ahora bien, aquí debo detenerme un instante, y resaltar, que:”siempre” desee  trabajar como abogado, dentro de un Banco, y Dios, me concedió esa gracia, casi recién recibido, tuve la inmensa dicha de ingresar como “Apoderado general para juicios” en el Banco de Italia  Rio de la Plata, (en relación de dependencia  laboral), donde me desempeñé hasta el año 1.978 aproximadamente, oportunidad en que debí renunciar, para incorporarme luego, a la Justicia en calidad de Juez de  Primera Instancia en lo Civil Comercial, en la Ciudad de Morón,  Pcia. de Bs.As., donde trabajé, se puede decir, poco tiempo, pues debí renunciar para “volver” a mi viejo amor, los Bancos, incorporándome al Directorio del Banco Nacional de Desarrollo, en calidad de Síndico, representando al Poder Ejecutivo dentro del mismo, renunciando luego de seis años aproximadamente e ingresar al Staff de distintos bancos privados hasta el momento de Jubilarme.

Lo que debo resaltar durante ese largo período de actuación en el Banco de Italia y Rio de la Plata, fue la “posibilidad de integrar el Comité de Abogados de Banco de la Rep. Argentina, donde todas las semanas nos reuníamos los Letrados de los Bancos  frente una  bien tendida mesa para tratar los distintos problemas jurídicos que  se presentaban a las Entidades, se estudiaban a fondo, como así también las leyes  y disposiciones judiciales que interesaban al sistema financiero.

Quiero  mencionar algunos de los miembros del Comité de Abogados de Bancos, de aquella época: Doctores: Enrique García Merou, Emilio Mondelli, Rojas Lagarde, Carlos Malagarría, Blanco, Sirito, Nieto Blanch, Carregal, Aberg Cobo , Videla Rojo; y Tantos otros que en estos momentos no recuerdo, Dios nuestro Señor  me permitió formarme profesionalmente, se dan  una idea  Vds, de lo agradecido que le estoy,  jamás podré pagar, en su justa medida, la oportunidad que me brindó.

Ahora bien, todo lo dicho es a “vuelo de pájaro”, un panorama de mi vida profesional, es un resumen muy breve  de la parte linda, … porque para llegar a la coronación del éxito, se “paga un precio”, y yo lo he pagado, y como recibo de ello llevo en mi corazón dos bloqueos por el resto de mi vida…Con esto les quiero decir, que en la vida de un hombre, se debe luchar y fuertemente para lograr los fines que uno se ha propuesto, y que por más nobles que ellos sean, siempre “alguien” pondrá obstáculos para impedir nuestra llegada, porque uno siempre lucha contra “intereses creados”, en otras palabras, en nuestro camino hacia el objetivo final, hay gente que  está cómoda, y no van a aceptar bajo ningún aspecto nuestras aspiraciones, y de la noche a la mañana, nos vemos enfrentados con otros “superiores” a quienes con nuestra actividad, molestamos.

Paralelamente, a mi labor de” abogado”, desde el año 1.980,aproximadamente, me fui incorporando a la Docencia, ingresando, a La Universidad Católica Argentina, donde tuve el honor de estar por más de veinte años, donde descubrí, que ese trabajo me “gustaba”, que para mí, era un bálsamo de tranquilidad, de Paz y frente a mis alumnos, la Juventud de mi Patria, me sentía cómodo, realizado, frente al aula percibo una sensación de “buena onda” que me predispone de una manera muy particular, y en ese ambiente, mi primer esfuerzo, es hacerles sentir a mis alumnos, el “cariño” que uno siente por ellos, y sobre todo el respeto que les profeso. He allí el secreto de todo, trabajar con el alumno en ese ambiente de “amor y respeto” reciproco.

Es docente de la Universidad Fasta desde el año 1995, actualmente dicta las asignaturas de  Derecho Comercial y Sociedades Comerciales en la Facultad de Ciencias Económicas.¿Qué siente como formador cuando ve a los que fueron sus alumnos estar en una posición de reconocimiento?

Orgullo, enorme orgullo, muy contento con el éxito de ellos, mi especial admiración, porque en el fondo de todo, un poquito, muy pequeño al éxito logrado por el exalumno, he contribuido… siento la satisfacción del deber cumplido… como el padre cuando ve la madurez de sus hijos, sin decirle a nadie se siente realizado.

¿Recuerda alguna anécdota de clase?

Muchas, pero prefiero contarlas personalmente.

Si tuviera que darle un consejo a un alumno que esta dando sus primeros pasos en la carrera ¿Cuál sería?

Esto es importante, le diría en primer lugar, que no afloje nunca, si ya tiene claro el “norte” de su brújula, adelante, es joven y debe luchar por sus ambiciones, hacia esa estrella legendaria, apunta la proa de tu nave… al decir de J. Ingenieros. Vendrán días de lucha, por momentos afectaran nuestro espíritu, pero si la causa es “justa” y con la ayuda de Dios N/Señor superaremos las dificultades, no bajar nunca los brazos.

Hago propicia la oportunidad para saludarles con particular afecto.